"Esos son fósiles", asegura el guía mientras miramos hacia dónde apunta su dedo. Nadie parece distinguirlos entre las lechuguillas, huizaches y gobernadoras.
Pide que observemos a detalle ese grupo de piezas medio enterradas, medio incompletas. Luego de escudriñarlas, descubrimos la superficie porosa.
"Y es así porque, en realidad, son huesos petrificados. Se les distingue también por la coloración rojiza que adquieren con el tiempo", explica.
No hay duda de que se necesitan ojos entrenados para descubrir Coahuila, un estado en el que abundan vestigios de la era mesozoica, del periodo cretácico, lo que supone hablar de hace 70 millones de años.
Se trata de la época en que este estado, cuyo territorio ahora está conformado en su mayor parte por desierto, era un mar habitado por tiburones, amonitas, cangrejos y peces… Cuando el aire era surcado por reptiles voladores, como el quetzalcoatlus y el muzquiopterix. De ahí que a Coahuila le llamen "las Playas del Cretácico".
El Instituto Nacional de Antropología e Historia construyó, en medio del desierto, un museo de sitio en Rincón Colorado, donde se hallan los fósiles encontrados en el área.
En su "corredor didáctico", en el Cerro de los Dinosaurios, se muestra el quehacer de un paleontólogo al aire libre.
El museo, ubicado en un terreno de ocho hectáreas, está a 42 kilómetros de Saltillo por la carretera libre a Torreón, 30 kilómetros antes de Porvenir de Jalpa.